
Realizar de forma regular y sistemática una actividad física ha demostrado ser una práctica muy beneficiosa en la prevención, desarrollo y rehabilitación de la salud, a la vez que ayuda al carácter, la disciplina y a la toma de decisiones en la vida cotidiana.
Todas las actividades encaminadas a mejorar la forma física, contribuyen a un mejor estado de la salud, por ejemplo, tras un período largo de inactividad, deben realizarse de manera progresiva, ejercicios bajo impacto, para minimizar cualquier tipo de lesiones articulares y musculares. Cada deportista debe analizar las demandas de su deporte de elección antes de decidir su plan de entrenamiento.
La intensidad y la carga deben ser determinadas de forma individual, ya que dependen del nivel técnico y de la condición física de cada persona.
Algunos de los beneficios biológicos de entrenar son:
- Mejora la forma y resistencia física.
- Regula las cifras de presión arterial.
- Incrementa o mantiene la densidad ósea.
- Mejora la resistencia a la insulina.
- Ayuda a mantener el peso corporal.
- Aumenta el tono y la fuerza muscular.
- Mejora la flexibilidad y la movilidad de las articulaciones.
Beneficios psicológicos
- Aumenta la autoestima.
- Reduce el aislamiento social.
- Rebaja la tensión y el estrés.
- Reduce los niveles de depresión.
- Ayuda a relajarte.
- Aumenta el estado de alerta.
- Disminuye el número de accidentes laborales.
- Menor grado de agresividad, ira, angustia…
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