Cuando un gobierno termina, o finaliza una competencia de cualquier índole, el protagonista acostumbra decir: Me voy con la satisfacción del deber cumplido. Y la frase aplica al Presidente Juan Manuel Santos. Pienso que para él es absolutamente autentica. Solo espera que el nuevo Presidente asuma, cargado con las propuestas y deseos que lo legitimaron, para recorrer el largo y duro camino de gobernar a cualquier País.
Por: Juan Altamar Santodomingo.
Decir esto motiva controversias, porque a lo largo de sus dos períodos permaneció con baja aceptación en la opinión pública, generada por la estrategia agresiva de oposición sin tregua que le hizo el expresidente Uribe. Tal vez el Presidente y su equipo no contrarrestaron eficazmente la andanada de críticas, que como un rio desbordado inundaron las redes, los medios y la opinión de las gentes del común, que repitieron desbocadamente lo que desde la oposición se decía.
La Historia se escribe después, cuando se cuenta y se hace el balance de lo acaecido. Ya el cuadro que representará la labor de Juan Manuel Santos, tiene las pinceladas demarcadas para estar en el pedestal de los mejores Presidentes de Colombia. Medir quien es más o menos destacado, no es tarea fácil porque siempre hay afectos y desafectos, ideología y política, pero el tiempo se encarga de dar o quitar la razón.
Las discrepancias para dirigir las sociedades son de carácter conceptual, de enfoques según intereses y no hay verdades absolutas; Los resultados son los que permiten hacer las mediciones, y de todo eso se construyen las teorías de la política, el Estado y el gobierno.
Hay logros indiscutibles del gobierno de JMS que resisten las críticas de cualquier opositor acucioso, porque las evidencias y resultados sobresalientes ahí están. Por ejemplo: Como consecuencia del Proceso de dejación de armas y cesación de hostilidades el país ha visto reducir en miles las muertes en combate y secuestros; se dieron las elecciones más concurridas de toda la historia, sin un brote de alteración, debido a la confianza participativa que creció y ha perfilado amplios e interesantes sectores de opinión con opciones políticas.
También JMS como demócrata, dio confianza y mantuvo neutralidad en el debate presidencial, postura criticada, por quienes consideran que el presidente saliente debe ser un agente activo para poner sucesor.
Deja un Estatuto de la Oposición- alguien dirá que eso lo aprobó el Congreso-. Es una herramienta democrática que tiene reglas definidas para el modelo gobierno-oposición. Es un gran salto a la civilidad, con posibilidad de alternatividad, sin temores ni cocos, y con vigilancia participativa que obliga al gobierno y su partido con bancada a gobernar bien, porque el ciudadano podrá palpar la objetividad de las posturas de la oposición contra los resultados de un buen gobierno.
Las críticas serias y las caprichosas son permitidas en un Estado Social de Derecho y hubo muchas, como también protestas sociales que solo disminuirán en la media en que las garantías constitucionales actuales sean incluyentes a todas las personas. Ese es un proceso en construcción que no impide mirar los logros objetivos en un periodo de gobierno, como tampoco las contingencias de fuerza mayor, caso fortuito o leyes del mercado, pueden contarse como desaciertos
Termina el mandato, ya se va, la Historia lo colocará en su sitio de Honor, y seguramente con el transcurrir del tiempo lo ponderarán un porcentaje de colombianos que rebasará la opinión que hubo durante los dos períodos, sobre su imagen. Entonces, se verá la importancia de la terminación del conflicto como presupuesto para la Paz, no se dirán necedades sobre el Premio Nobel que le otorgó la Gran Academia; mucha gente averiguará sobre la OCDE, su importancia y lo grande que ha sido incluir a Colombia en ese Club, y también dirán con exclamación y orgullo, ¡Colombia hace parte de la OTAN!.
Los cuadros estadísticos mostrarán que en obras públicas y vivienda, se obtuvo más que en los últimos cien años, y en los demás sectores los indicadores son ponderados. Y el castro-chavismo o la entrega del país a la subversión, terminaron siendo una fábula.
Se dedicará JMS a dictar conferencias de muy alto nivel como lo hace Obama y Clinton, ahí se llega cuando los niveles de reconocimiento y aceptación internacional son muy altos y el Presidente termina con una imagen internacional envidiable por cualquier jefe de Estado. Ya cumplió y ahora los colombianos tenemos que concentrar nuestros mejores ruegos para que al nuevo Presidente le vaya mejor.
Excelente nota del columnista Juan Altamar Santodomingo. Muy equilibrada y objetiva.
Con el tiempo tendrán que reconocer hechos importantes como la paz en el gobierno de JMS.